Ventajas del mundo digital

En la sociedad es común preguntarse si la tecnología es un real avance, duda surgida debido al asociamiento de lo análogo con calidad. Por otro lado es normal pensar en: «¿Por qué cambiarlo? ¡Todavía sirve!«. Usualmente uno mira la tecnología únicamente para solventar alguna necesidad circunstancial, pero ¿Qué ventajas tiene sobre lo que ya usamos? ¿Ameritan estos beneficios un cambio?

La tecnología está cada día más presente en nuestras vidas. Prácticamente toda actividad está influenciada por algún cambio de los últimos años, los que han mejorado nuestra calidad de vida, aprovechamiento del tiempo y de recursos. Sin embargo la tecnología sufre de continuos problemas que notamos a diario. ¿Cuántas veces haz intentado recargar tu teléfono móvil y en el punto de carga te dicen: «Estamos sin sistema»? ¿Te ha tocado ir a un supermercado el cual no te permite pagar debido a que «el sistema se cayó»?

Sin embargo, ¿Es correcto pensar que estos sistemas interconectados fallan por que si? Se supone que estos son diseñados para funcionar con una carga determinada, la cual no es la única razón de las caídas, sino que también se encuentran presentes los errores humanos. Basta con modificar una opción indebida y el sistema queda propenso a fallos, o simplemente deja de funcionar instantáneamente. Y como la gente dice: «no sirve» en vez de comentar los cambios realizados al técnico, este demora más de lo necesario en ubicar la falla y estabilizar al sistema.

Por otro lado está el uso que le dan las personas a los sistemas. Estos están diseñados para ayudarnos en nuestro trabajo, no para que lo realicen por sí mismos y aprovechar de distraerse. Uno debe administrar su tiempo con el computador, realizar primero las actividades requeridas, y en caso de tener tiempo libre visitar sitios como YouTube y Facebook. Lo mejor es terminar antes el trabajo, de modo que el empleador nos permita retirarnos, y uno, sin estrés por las actividades pendientes pueda disfrutar de los contenidos de la red.

Pasando al lado de los beneficios propiamente tales, se encuentra la reducción del tamaño y masa de los aparatos que usamos diariamente. Antiguamente un computador pesaba toneladas y requería una pieza únicamente para almacenar sus componentes. Hoy, podemos tener un ordenador en la palma de nuestras manos sin dificultad.

También se han reducido notablemente los cables requeridos por los sistemas, tomando por ejemplo al telégrafo, el cual utilizaba una enorme cantidad, llegando a usar un solo cable de fibra óptica hoy para la comunicación de millones de personas. En el caso de los sistemas hogareños, la eliminación de estos cables a favor de tecnologías inalámbricas, como los teléfonos celulares, el WiFi y el Bluetooth han permitido una mayor libertad de movimiento y portabilidad de los sistemas.

Finalmente están los medios de comunicación como la televisión y la radio, los cuales han eliminado las interferencias utilizando la transmisión digital, mejorando la calidad del audio y la imagen.

Nuevamente en el ámbito de los consumidores, nos enfocamos en la fotografía, un magnífico ejemplo de que los tiempos han cambiado. En menos de una década ya han desaparecido los puntos de revelado, siendo además prácticamente imposible encontrar los insumos necesarios para una cámara de rollo.

Si bien antiguamente la calidad de las fotografías digitales, así como su tamaño, eran una clara desventaja del sistema, hoy han superado ampliamente al formato análogo. Los archivos digitales tienen la gran ventaja de no deteriorarse con el tiempo y producir copias exactas con gran rapidez. Pudiendo ser además previsualizadas al momento de la captura, permitiendo sacar una segunda toma en caso que la anterior no convenza al usuario sin costo alguno. Al no tener que cambiar el rollo, permiten tomar una gran cantidad de capturas de un momento para, posteriormente, elegir las que se desean preservar (Es mejor sacar pocas fotos de calidad, que una gran cantidad de basura digital a descartar después). En las análogas se debía mandar a revelar el negativo para poder ver los resultados, proceso en el cual se perdían un par de días después de capturado el momento.

Por otro lado, aprovecho de recomendarles evitéis el uso del zoom digital. Este tipo de acercamiento recorta la imagen, afectándonos si deseamos un acercamiento mayor posteriormente. Mientras que el zoom óptico acerca mediante ópticas en el momento de la captura, conservando una calidad y tamaño equivalente a no utilizar acercamiento alguno.

En el caso de los Megapíxeles, hoy en día se pueden encontrar cámaras de 5 a 25 MP con facilidad. Si comparamos con las análogas, es una calidad efectiva muy superior. Se calcula que una cámara de rollo saca alrededor de 6 a 8 MP efectivos (equipo común), y no más de 40 con equipos profesionales en condiciones óptimas (A pesar de alcanzar teóricamente 90 MP). En el 2010, se develó una cámara digital de 160 MP, y las empresas siguen mejorando sus tecnologías para pronto superar ampliamente esa cifra. Y, finalizando los tamaños en píxeles les comento que una fotografía de 4 millones de píxeles se puede imprimir a 50×75 sin necesidad de ampliaciones.

El siguiente tópico en transformación por parte de la tecnología es la música. Actualmente las ventas de CD se mantienen con una leve tendencia a la baja, sumándose día a día más personas a las descargas electrónicas, obteniendo una similar calidad y afectas del paso del tiempo. Es sorprendente como en tan pocos años hemos pasado de los vinilos (frágiles al calor, tacto, humedad, etc.), casetes (mecanismos deteriorables y fallan al acercarse a una fuente electromagnética), CDs (Se rallan) a los formatos digitales.

Para los reproductores han habido notables cambios de tamaño. Del tocadiscos pasando por las caseteras y reproductores de CD a los reproductores digitales como el computador, iPod, MP3, MP4 y un sin fin más. Permitiéndonos además los formatos modernos almacenar la música dentro del reproductor.

Junto con la música se encuentra la reinvención de los medios audiovisuales. ¿Recuerdas las cintas y los VHS? Si realizaste grabaciones caseras en ellas seguro habrás notado que con el tiempo se deterioran. Las cintas de nuestros inicios del siglo 20 se hacían polvo, y en los VHS la imagen se distorsiona. Es por esto que se hace necesaria la transformación de estos medios al formato digital. Grabar en digital reduce los costos al eliminar la necesidad de los rollos de 35mm, permite  la reproducción exacta del video y la producción de cámaras más cómodas y portátiles.

Las cámaras de video digital tienen entre sus ventajas una mayor sensibilidad a la luz. Esto evita para los productores el uso de costosos negativos para escenas con poca luz, a la vez de eliminar la necesidad de una iluminación mayor. Lo que es más es la grabación del audio simultáneamente en el mismo dispositivo, a una calidad superior a un CD.

Las repercusiones del medio en las comunicaciones también se han hecho notar. Las llamadas telefónicas no sufren retrasos en la voz, no se cuelgan y los costos se han reducido drásticamente. Los datos digitales gozan de la posibilidad de regenerarse cuando hay pequeñas perdidas, siguiendo patrones que le permiten eliminar el ruido a la vez de amplificar nuevamente la señal para que esta llegue prácticamente intacta al receptor. Por su lado los sistemas análogos no pueden separar el ruido de la señal, aumentando ambos hasta degradar completamente el mensaje original. Un valor agregado para las comunicaciones actuales es la posibilidad de encriptar los datos enviados para que sean interpretados únicamente por quien posea la clave correcta.

Los libros son los últimos que se han sumado a la digitalización. Los lectores de libros electrónicos tienen un precio cada vez más asequible, con una mayor capacidad y duración de batería. El costo de producir un libro de tapa dura de US$26 es de US$4.05, mientras que el de una descarga de US$9.99 es de US$0.50, siendo las ganancias del autor de US$3.90 y US$2.12 respectivamente. El uso de espacio físico es una de las mayores ventajas. Para almacenar mil libros se requiere de un gran espacio, pero digitalmente caben dentro del mismo aparato sin problemas. Esto también se nota en el peso de los textos, lo cual es notorio principalmente para quienes transportan este tipo de material a diario.

La lectura de los libros digitales, en lectores con tinta electrónica asemeja la comodidad de lo medios impresos, con la diferencia de que la tinta electrónica a color es más cara. También se puede leer estos textos en pantallas convencionales, pero  la vista se cansa con mayor facilidad debido a la emisión de luz. Un libro electrónico permite la búsqueda por palabra o frase, el almacenamiento y sincronización de marcadores,  la adición de notas y recuerda la página en lectura sin deteriorar el original. Una característica destacable es el poder modificar el tamaño de la letra en cualquier momento, permitiendo a los mayores elegir una fuente grande y leer con una comodidad que un libro tradicional no le permitiría.

Por el lado ecológico. Es cierto que los productos tecnológicos también contaminan en su producción o al desecharlos (de forma inadecuada), pero su duración es mucho mayor, indefinida si son tratados con cierto cuidado. Mientras más libros digitales tengas, más será lo que has contribuido a reducir tu huella de carbono. Los libros se hacen de páginas, las cuales requieren celulosa sacada de árboles, proceso que no solo reduce la población arbórea, sino que también contamina enormemente el medio ambiente. Además de requerir tinta, obviamente.

Esto de los libros también es aplicable a los documentos. En las oficinas se desperdician grandes cantidades de papel por año, en especial para versiones preliminares, las cuales perfectamente podrían ser digitales. El espacio útil de una oficina se vería gratamente aumentado con la digitalización de estos, así como también se reducirían las perdidas en caso de incendio. Las oficinas, debido al excesivo uso de papel e insumos químicos para imprimirlos son un gran combustible.

¿Se puede pasar música, imágenes, videos y texto al computador? ¡Claro! El proceso varía según el medio de origen, pero básicamente el proceso es el mismo.

Para digitalizar música, existen básicamente dos métodos:

  • Conectar el reproductor al computador
  • Este método es requerido para digitalizar discos de acetato y casetes. Requiere un reproductor con salida de audio por cable (conector de audífonos de 3.5″), un cable para conectarlo a la entrada de línea [azul] del computador (o de micrófono [rosada] en caso de no tener). También se necesitará una aplicación de grabación en el computador, como el grabador de sonidos de Windows o Audacity (gratis y recomendado). Para empezar a grabar, en la aplicación iniciamos la grabación y en el reproductor, la reproducción de la música. Al finalizar la música paramos la grabación y empezamos la edición (separando en pistas, eliminando silencios, etc.).
  • Copiar el CD al computador:
  • Aquí requerimos un computador con reproductor de CD y un software de reproducción que admita la copia de música como Windows Media Player o iTunes. Los pasos varían según aplicación utilizada, pero básicamente es insertar el CD e iniciar la copia desde la aplicación.

Para los videos en VHS es el mismo proceso que el de los casetes, necesitando en vez de un cable de audio y una entrada en el PC, una tarjeta capturadora. Para las cintas se complica, puesto que estas deben ser reproducidas en un muro y grabadas por otra cámara, ya que los equipos para escaneo de cintas son costosos y requieren de un gran procesamiento de datos.

Finalmente, para los libros y fotografías, estos se escanean a una resolución recomendada de 300dpi y guardan en formato JPG. En el caso de ser texto está la posibilidad de pasar las imágenes por programas de reconocimiento de escritura (OCR) como Abby Fine Reader, y así este texto queda listo para su edición, tal como cualquier otro texto actual (Se recomienda ir verificando el resultado, puesto que este proceso no siempre es exacto).

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